Dos de los errores más comunes que hacen que a mucha gente no le guste algún personaje (y no sólo en el rol, sino en todas partes) se deben a la evolución del mismo, el primero es hacer que el personaje no evolucione, da igual lo que le pase, se comporta exactamente igual, siempre, durante temporadas o meses o lo que sea, aunque haya perdido todo, aunque le haya pasado algo fantástico, sigue siendo igual que al principio y te dan ganas de sacudirle y gritarle que reaccione de una vez o pincharle a ver si sangra. Lo otro es justo lo opuesto, si pasa algo malo ese personaje que era un ángel se vuelve loco y luego le pasa otra cosa y vuelve a cambiar, no hay una constante y no nos parece algo real. Nota: esto no quiere decir que ciertos personajes deban cambiar ante x cosas o no cambiar, es una generalización, existen excepciones.
La pregunta es, ¿en qué momento ha pasado ya mucho tiempo y hay que cambiar? En el mundo del rol esto es muy difícil de medir, el tiempo puede pasar de muchas formas, a veces muy lento porque se desarrolla una trama durante meses y en el rol son días, a veces más rápido. Es muy difícil hablar del tiempo en un rol, si es un personaje canon puedes aprovechar los cambios que tenga el personaje en esa temporada e incluirlos, pero si es canon puede tener más lógica hablar de sucesos que cambien al personaje.
Lo primero que, personalmente, se me ocurre al hablar de sucesos que cambien al personaje, y que creo que a todos se nos ocurren también, son sucesos trágicos, momentos en los que hay un claro antes y después como cuando el personaje pierde a alguien querido, o sucesos traumáticos como recibir un disparo o acabar en mitad de una isla desierta. Pero no podemos pasarnos la vida roleando estos sucesos, la vida tiene muchas más cosas y tanto drama y tragedia, tantas desdichas enormes seguidas nos parecen improbables. Los personajes evolucionan con el tiempo, la cercanía con otros personajes y sus formas de ser van haciendo que cambien, que confíen, que sean más abiertos, las conversaciones sobre sus inquietudes les hacen tomar diferentes decisiones, pero esto no tiene sentido si según se conocen les confían todos sus secretos.
Hay que procurar para los personajes un crecimiento emocional, a raíz de hablar con otros personajes y crear vínculos, así como mental y personal a través de estas vivencias que no tiene por qué ser malas, algo bueno como tener un puesto de más poder puede acabar haciendo que el personaje se replantee sus objetivos en la vida o cómo distribuye su tiempo y eso afecte a su filosofía de vida y forma de ser. Es un tema largo y complejo porque, para que sea útil para la mayoría, hay que generalizar cuando en verdad es un tema en el que caso por caso, situación a situación cada uno, conociendo a su propio personaje, debe pensar si eso le hará cambiar o si quiere que cambie cómo hacerlo.